DEDICATORIA A LOS PADRES

Qué madre o qué padre no quiere darles a sus hijos un cuidado y una educación superior, sin duda, todos lo quisieran. Pero qué es una educación superior. Una educación superior no es solo el estudio de las ciencias, en las academias, el obtener títulos, reconocimientos, diplomas y matrículas de honor; una educación superior conlleva un desarrollo armonioso del físico y de la mente, todo lo demás está bien, pero sin esto, lo otro, sirve de bien poco.

Esta es la educación superior, educación que está al alcance de todas las madres y padres, para ofrecérsela a sus hijos, y muy especialmente a disposición de todas las madres. Este conocimiento es un regalo que no da a uno más que a otro, sino que da lo mismo a cada ser nacido, en perfecto equilibrio con sus capacidades y necesidades.

Si bien cada nuevo ser necesita de un padre y una madre, no son padre y madre iguales para él. La madre es durante el tiempo de gestación, él mismo. Todo lo siente igual que su madre, y cuando viene al mundo todo le asusta, menos su madre. No importa si aún no entiende sus palabras, porque sabe perfectamente lo que siente su madre cuando le habla, porque aún siente como ella misma y esto vale más que todas las palabras e imágenes juntas del mundo.

A menudo, sucede que no sabemos sobre esto, porque el mundo, para su propio beneficio, oculta las grandes verdades que Dios nos ha dado.

Padres, darán o no a sus hijos esta educación superior, alimentando sus cuerpos y también sus mentes, para el desarrollo armonioso de todos sus miembros y facultades, o descuidarán sus responsa-bilidades sirviendo al interés del mundo, en vez de al de sus hijos.