LIBRO DE ROMANOS
2:11-15
11 Porque no hay acepción de personas para con Dios.
12 Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados.
13 Porque no los que oyen la ley son justos delante de Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados.
14 Porque cuando los Gentiles que no tienen la ley, hacen naturalmente las cosas de la ley, los tales aunque no tengan la ley, a sí mismos son ley:
15 Los cuales muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus conciencias; y acusándose mientras tanto, o también excu sándose sus pensamientos, unos con otros,


Contexto DE ROMANOS 2: 11-15
En este pasaje, Pablo habla de la justicia de Dios y de cómo Él juzga a cada persona de manera imparcial, sin favoritismos. Esto sigue siendo muy relevante hoy, porque nos recuerda que no hay privilegios espirituales ni ventajas por pertenecer a un grupo, raza o denominación religiosa.
Dios además de juzgar imparcialmente también lo hacer personalmente a cada cual, ninguna venta ni desventaja hay fuera de nuestras intenciones, pensamientos y hechos.
REFLExIÓN PARA LA ACTUALIDAD
Igualdad ante Dios: Todos somos responsables de nuestras acciones, sin importar raza, religión o posición social.
No basta conocer, hay que vivir: El conocimiento de la Ley o de la Biblia solo tiene valor si se aplica en la vida diaria.
Conciencia universal: Todos tenemos la capacidad de distinguir lo correcto de lo incorrecto, aunque no tengamos formación religiosa formal.
Responsabilidad personal: La justicia divina depende de nuestra conducta y decisiones, más que de etiquetas externas.


RESUMEN PRÁCTICO PARA HOY
Dios no hace distinción de personas; todos somos responsables ante Él, sin importar nuestra raza, religión o posición social. No salva con conocer la Ley, sino vivirla en la práctica de nuestros días.
Incluso quienes no tienen conocimiento formal de los Mandamientos de Dios pueden actuar de manera justa, porque Dios ha puesto en cada corazón un sentido de conciencia y ética (Su Ley).
La justicia divina: el favor o la reprensión, la protección o el distanciamiento de Dios, dependen de nuestro sentir en nuestras acciones y decisiones, no de actos de cara al exterior, ni por cumplir ritos religiosos. "Obediencia quiero y no sacrificios".
Es de esta forma, por nuestro sentir que sabemos, si pertenecemos, si estamos siendo guiados por el Espíritu de Dios o no, “porque los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.”
Así que, si te sientes conforme o disgustado por lo que haces, has de aprender a conocer a oír, la dirección y la voz de Dios, para que vivas cada vez más alegre y menos disgustado. Conocer más a Dios por uno mismo mediante la lectura y la meditación de sus mandamientos conduce a obrar cada día mejor.


LA JUSTICIA DE DIOS
capítulo a capítulo
ven pronto jesús
“He preparado más de mil estudios bíblicos, organizados por libro y capítulo, para que puedas hacer un recorrido completo por toda la Biblia y captar su verdadero sentido”